Es fácil caer en la trampa de creer que tu producto (o servicio) es lo mejor del mundo.
Yo he caído muchas veces (y lo que me queda).
Lo diseñaste con cuidado, crees en él y estás convencido de su valor.
Pero, ¿has contrastado si de verdad a tu cliente le importa tanto como a ti?
*Esta parte cuesta bastante.
Y sobre todo, ¿tu cliente entiende en qué puedes ayudarle a transformarse?
**Esta todavía cuesta más.
Muchas empresas se enfocan en hablar de sus características: “somos los más rápidos”, “tenemos la mejor tecnología”, “ofrecemos calidad superior”.
Pero el cliente no compra tu producto/servicio por lo que es, sino por la transformación que él va a vivir gracias a ese producto/servicio.
Así que más que hablar de características e incluso beneficios, pregúntate… ¿En qué sentido puedes ayudar a tu cliente a cambiar, a convertirse en la persona (empresa) que sueña ser?
💡 Un ejemplo:
Imagina que vendes software de gestión para pequeñas empresas.
Tu error sería centrarte en decir que tiene la mejor interfaz o las funciones más avanzadas.
Lo que realmente importa es que ayuda a simplificar el día a día, a crear un sistema de trabajo con el que ahorras tiempo y evitar errores.
💡💡 Otro ejemplo:
Si vendes ordenadores, la tarjeta RAM y el procesador lo entienden los más técnicos.
Explícale a la gente que no sabe de estos temas, lo que podrán hacer con este ordenador: ver las series como si tuvieras a los personajes delante, escribir informes como un consultor senior en Mckinsey & Company…
💡💡💡 Otro ejemplo:
Ahora vendes tazas.
El error sería hablar de lo bonitas y elegantes que son las tazas.
Lo importante es la energía que va a tener después de su café para abordar su lista de tareas pendientes; o lo bien que se va a sentir tomándose su café en un ambiente hecho a su gusto.
Cuando estás inmerso en tu día a día y en tu producto, es complicado hablar en términos que sean interesantes para tu cliente.
💡 Cómo evitar la trampa de hablar de las características:
Si quieres asegurarte de que tu comunicación está alineada con tu cliente, haz este ejercicio:
1️⃣ Escribe una frase sobre tu producto o servicio desde tu perspectiva (por ejemplo: “Somos la plataforma más avanzada para X”).
2️⃣ Luego, reescríbela desde el punto de vista del cliente: ¿qué beneficio obtiene realmente? (por ejemplo, “Gana 5 horas a la semana automatizando X”).
3️⃣ Asegúrate de que todos tus mensajes y contenidos reflejen esa versión centrada en el cliente.
Cambia el enfoque, deja de hablar de ti y empieza a conectar con lo que realmente importa le importa a tu cliente: su vida y sus problemas.
¿Aplicabas ya la visión de tu cliente en la comunicación de tu marca?
Muy bueno!
Lo de no hablar de características de tu producto lo tenía claro.
Pero a veces hablando con cliente me sorprendo porque ellos destacan el beneficio X de mi solución pero para mí el mayor beneficio era Y.....vamos que yo me equivocava claro está jajaja